viernes, 1 de febrero de 2013

Los petrodolares

El plazo de fichajes terminaba ayer, y los equipos han apurado hasta el último segundo. El reciente fichaje de Willian por el Anzhi ruso me indigna y me sorprende a partes iguales. Creo que es un jugador que podría ir a una liga más competitiva, a luchar por títulos importantes que no podía alcanzar con su ex equipo (Shakhtar Donetsk) y a enfrentarse a equipos más potentes; pero veo que se ha decantado más por la parte económica, aunque desconozco el sueldo que se va a llevar. Así como me sorprende el fichaje de Remy por el QPR cuando el Newcastle lo tenía casi hecho con él. Al final los 5 millones de libras que le ofrecía el jeque del QPR le han hecho cambiar de aires y pelear por no descender de Premier League.

Los equipos rusos están haciendo lo mismo, y copiando al Shaktar Donetsk cuando empezó fichando brasileños ofreciéndoles sueldazos por abandonar sus clubes actuales. Por ejemplo, Eto'o cobra 20 millones por temporada en el Anzhi, Hulk y Witsel dejarón el Oporto y el Benfica respectivamente la temporada pasada rumbo a Rusia, McGeady en el Spartak de Moscu, etc.

Entiendo que un jugador como Eto'o que ya lo ha ganado todo decida pegarse la juerga padre y acabar de forrarse en un equipo distinto donde la presión no es la misma que en equipos de la Serie A o la Liga BBVA, pero no entiendo jugadores que pueden dar mucho más de sí que prefieran forrarse a ganar y jugar con y contra los mejores del mundo, a entrenar con los mejores entrenadores, en estadios espectaculares, a ser admirados con su creciente evolución. Las ligas rusas, ucranianas o las que últimamente pagan dinerales por hacerse con refuerzos de lujo no tienen el mismo caché o la misma repercusión mediática que una liga española, italiana, inglesa o alemana. Y los jeques lo saben, los jeques compran equipos de ligas potentes y con ese dinero fichan jugadores a base de sueldazos. A veces sale bien, otras no.

El ejemplo que ahora mismo más me ha gustado ha sido el de Van Persie. El Manchester City le ofrecía el dineral que quisiera, pero el prefirió cobrar menos pero saber que jugaría en un equipo en el que puede adaptarse perfectamente, en un equipo que luchará por los títulos, un equipo con una estructura definida, que sabe a lo que juega y con un entrenador que entiende de fútbol. En el City hubiera sido otro más de los mil delanteros que tienen en nomina, con un entrenador que no sabe a lo que juega pese a la excelente plantilla de la que dispone.

En fin, el dinero no siempre da la felicidad, pero parece que a algunos ya les parece bien acomodarse y verlas venir.